fábula del escapismo provinciano

Conocí a Juan Bravo en un autobús, camino de La Ciudad Dormida. Escapaba por un año de las aulas capitalinas para sumirse en los valores del provincianismo del país vecino.

Aquel año -el pasado- se incendiaba el edificio Windsor. Multitud de importantes empresas que tenían su sede en la torre perdieron todos sus documentos. Se habló de un sabotaje; hoy dicen que quizá fue un cigarro...

Aquella mañana Juan Bravo llegó furioso -pero con su particular manera de expresar la furia.

-El Windsor ha ardido.

-Ya lo sé.

-Pero es que un profesor tenía allí su despacho. Los exámenes han ardido. Ha dado aprobado general. ¡Y yo aquí!

leer en una playa

-¿Qué es lo que más te apetece?

-Leer en una playa; (contigo.)

-Pero si llevas un año leyendo....

-Uno, que es así.

miguel hernández

Reivindicar a la Poesía en estos días parece que podría ser nuestra única solución. Alejarnos de la turbia atmósfera mediante el acercamiento al límpido libro.

Una publicidad toma unos conocidos versos. Al menos, no te torturan con la canción de los gavilanes.

VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN
Vientos del pueblo me llevan, vientos del pueblo me arrastran, me esparcen el corazón y me aventan la garganta.
Los bueyes doblan la frente, impotentemente mansa, delante de los castigos: los leones la levantan y al mismo tiempo castigan con su clamorosa zarpa.
No soy de un pueblo de bueyes, que soy de un pueblo que embargan yacimientos de leones, desfiladeros de águilas y cordilleras de toros con el orgullo en el asta. Nunca medraron los bueyes en los páramos de España.

¿Quién habló de echar un yugo sobre el cuello de esta raza? ¿Quién ha puesto al huracán jamás ni yugos ni trabas, ni quién al rayo detuvo prisionero en una jaula?
Asturianos de braveza, vascos de piedra blindada, valencianos de alegría y castellanos de alma, labrados como la tierra y airosos como las alas; andaluces de relámpagos, nacidos entre guitarras y forjados en los yunques torrenciales de las lágrimas; extremeños de centeno, gallegos de lluvia y calma, catalanes de firmeza, aragoneses de casta, murcianos de dinamita frutalmente propagada, leoneses, navarros, dueños del hambre, el sudor y el hacha, reyes de la minería señores de la labranza, hombres que entre las raíces, como raíces gallardas, vais de la vida a la muerte, vais de la nada a la nada: yugos os quieren poner gentes de hierba mala, yugos que habréis de dejar rotos sobre sus espaldas.
Crepúsculo de los bueyes, está despuntando el alba.
Los bueyes mueren vestidos de humildad y olor de cuadra: las águilas, los leones y los toros de arrogancia, y detrás de ellos, el cielo ni se enturbia ni se acaba. La agonía de los bueyes tiene pequeña la cara, la del animal varón toda la creación agranda.
Si me muero, que muera con la cabeza muy alta. Muerto y veinte veces muerto, la boca contra la grama, tendré apretados los dientes y decidida la barba.
Cantando espero a la muerte, que hay ruiseñores que cantan encima de los fusiles y en medio de las batalla.

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brebajes de posguerra

Cuentan en la Ribera que sabían preparar brebajes. Cuentan en la Ribera que una noche llegó el Perero y le dijo a una señora que su hijo había dejado preñada a su sobrina. La madre, asustada, preguntó a su hijo por los hechos. A lo que este, muy tranquilo, respondió:

-Madre, quede usted tranquila que esto ya lo arreglo yo.

Los amigos del mozo, la moza y el brebaje hicieron el resto.

oposición, constancia y julen guerrero

La Oposición es como una carrera de fondo. No la suelen ganar los más rápidos sino los más constantes.

Julen Guerrero fue un ídolo de masas que pasó al ostracismo. Tras haberlo sido todo, el jugador de Portugalete se convirtió en la nada durante tres años. Con un trabajo silencioso, honesto y perseverante ha vuelto a ser titular tres años después. Muchos nos preguntábamos por qué no cambiaba de aires. La respuesta ha llegado tres años después. Julen sabía que, con su esfuerzo, tarde o temprano volvería a la titularidad y que nadie le podía arrebatar su sueño.

La constancia une hoy los conceptos de Oposición y de Julen Guerrero.

gracias

Se acaba un año y no es cuestión de hacer balance. Pero a tí que siempre me has apoyado, que siempre has estado a mi lado no puedo sino decirte una vez más que te quiero. Gracias por todo. Eres la mejor.

no pasa nada

En esta tierra del olvido nunca pasa nada (aunque pase).

Durante la noche de Navidad un tren quedó parado durante cinco horas sin luz ni calefacción en las cercanías de León. Con una temperatura exterior por debajo de los cero grados, allí permanecieron los pasajeros del tren helados de frío, sin luz, sin calefacción y sin comida.

Si esto llega a pasar en otras tierras con historia sería portada del periódico. Pero aquí no pasa nada. Para qué salir en los periódicos o en las televisiones si a esta tierra del olvido la han dejado sin memoria, sin presente y sin futuro.